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8 de agosto de 2014

mientras tanto...

No es que nos fuéramos de vacaciones, siempre estuvimos aquí. Sin palabras, expectantes, a la sombra del precipicio, esperando ver caer el maremágnum en lo que todo parece haberse convertido. Mucho acontece desde el último post que escribí. La supuesta ruptura del bipartidismo, el auge de "Podemos", la abdicación del Rey , la coronación de su hijo, los habituales escándalos de corrupción, confesiones esperadas, y es que todo cambia, pero nada parece haber cambiado. España sigue oliendo igual. Ahora bien, al gusto del consumidor, para algunos el olor a mierda es toda una delicia.

Instalados en la resignación del todo vale, el tío Pepe sigue procurando abrir su panadería, vender algunos panes y volver a casa con el jornal, su pan de cada día; el suyo y el de sus hijos. Y es que nada cambia, aunque parece que todo cambie. Se dice que los sociatas tienen un nuevo líder, se alardean de haber vuelto a la izquierda... ¡Patanes! Esos nunca podrán volver a la izquierda, porque son los mismos que desposeyeron al PSOE de todo sentido y referencia. Ni partido, ni socialista ni obrero... lo de español está en duda; en ocasiones se las dan de que sí, en ocasiones de que no; todo sea por engañar al populacho y seguir danzando entre mentiras y traiciones que envejecen.

De los otros mejor ni hablo. Liberales que se han convertido en viejas glorias. Liberales a la española, de caciquismo, amiguismo y bigote. De ese del que conmigo nadie pasa hambre, de árboles de sombra limitada... ya no hay sombra donde arrimarse. ¿Qué más queréis? ¿dónde queréis meter las manos? (esto último también vale para los primeros).

Como digo, nada cambia aunque se empeñen en que vivimos en una nueva España. Ahora asoma el fantasma de "Podemos", el que llena de inquietud a la vieja guardia. Como una gigantesca bola de nieve parece que llega para arrasar. Y llegó el miedo, el temor, las malas artes, y el desposeer a la democracia de su sentido más loable, el de la argumentación.

Resulta cuanto menos curioso que el debate de algunos siga ciñéndose al menosprecio, resultando ser una llamada a voz en grito a la ignorancia de un populacho que parece querer que cambien las cosas. No creo estar en condiciones de adelantarme al futuro, ni a hacer pronósticos electorales, ni a soñar (porque no existe el verbo pesadillear) sobre el futuro de nuestro país, pero sí creo disipar claramente una inquietud ciudadana dirigida a una reconceptualización de los términos democráticos. Porque hoy se entiende la democracia como participación, argumentación y confrontación de ideas, otros la entienden como manipulación, desprecio, engaño y mentira.

Pero mientras tanto, nada cambia, aunque parezca que todo cambie.



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25 de mayo de 2014

Victoria ajustada, ruptura del bipartidismo y auge de los partidos minoritarios

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Sube la participación (ACTUALIZADO)

Parece existir un ligero aumento de la participación en las elecciones al Parlamento Europeo que se situaría a poco menos de un punto con respecto a los comicios de 2009.
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El día de la Democracia. Elecciones al Parlamento Europeo 2014

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... que dicen que hoy es uno de esos días en donde la voz del ciudadano se sumerge en la de la colectividad y se expresa para ser escuchada. Que hoy es el día de la democracia y que merece la pena decidir, ser una gota de un mar angosto. Que quedarse en casa no sirve de nada, que merece la pena ejercer nuestro grito, depositarlo en una papeleta e insertarlo en una urna. Que nos jugamos mucho, que la democracia está y es un juego y que se construye desde el ejercicio de nuestras libertades y derechos. Que Europa es un sueño por y para los ciudadanos y que nuestras inquietudes, intereses y futuro serán decididos en un parlamento que cohesiona el sueño de una Unión social, política, económica y democrática. El mensaje es claro, es nuestro deber ciudadano.

Ahora bien, ¿por qué para el ciudadano todo esto se ha convertido en un simple ejercicio de demagogia? ¿por qué se ha enraizado una desconfianza tan grande hacia la clase política y, lo que es peor, en el sistema democrático? ¿cree el ciudadano europeo en la democracia, en la eficacia de su opción? Notablemente la respuesta parece ser no. Pocas horas después de haberse iniciado la jornada electoral, la abstención ha tomado protagonismo. La desafección parece ser palpable, y mientras los políticos siguen animando a la participación no queriendo asumir que sufrimos un divorcio traumático entre la sociedad civil y las élites políticas que puede ampliarse en una creciente desconfianza hacia las instituciones políticas y públicas.

Nadie puede saber qué nos deparará el futuro. Quizá este nos exija una reflexión de todos. Lo que sí que parece claro es que quedarse en casa, ser simple espectador de lo que acontece fuera del sofá, no parece la opción más acertada. 

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9 de mayo de 2014

Elecciones al Parlamento Europeo

Arranca oficialmente la campaña para las elecciones europeas del próximo 25 de Mayo. Éstas son, quizá, unas elecciones marcadas por una larga crisis económica y por una desafección política que probablemente se verá reflejada en las abstenciones. En el ámbito nacional habrá que prestar atención a la aparición de una gran variedad de nuevas opciones políticas que probablemente servirán para tantear la situación política española. ¿Asistiremos al quebrantamiento del bipartidismo, tal y como reflejan las encuestas? ¿Se verá reflejada la desafección política de los ciudadanos en el apoyo a nuevas tendencias políticas? La partida acaba solo de empezar.


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6 de mayo de 2014

¿Ruptura del bipartidismo?

Según el último barómetro del CIS tanto PP como PSOE bajan en estimación de voto. ¿Supondrá esto la ruptura del bipartidismo? ¿Qué opciones políticas se ofrecen como alternativas?




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5 de mayo de 2014

De arrancar carteles...

Corre por las redes sociales y diversos medios de comunicación un vídeo del Presidente de Cantabria, un tal Ignacio Diego, de frente amplia y malos humos. Éste, que ni corto ni perezoso visita un hospital con aires de gloria, posiblemente acompañado de dos lameculos que le cubren las espaldas. Con paso constante y seguro, con la chulería propia de "hostiable" pijo, de un matón de parque, el payo arranca con prepotencia carteles por los pasillos del hospital, entre zancadas de niño portentoso. Más tarde diría, con cara de bonachón, que lo hizo por higiene... ¡menudo majadero! 
Esta mera anécdota nos cuestiona, ¿en qué se ha convertido el "ser político"? ¿De dónde cojones ha salido tremendo esperpento, anormal de carrito, chulo de playa? ¿Dónde quedan los modales, el concepto de servicio público? ¿Son acaso la arrogancia y el "por mis cojones" atributos imprescindibles para el poder de los políticos? ¿Quiénes son?




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30 de abril de 2014

El INE confirma el crecimiento de la economía española

La economía española ha credido un 0,4% en el primer trimestre del año. Es la primera vez que esto ocurre desde hace al menos diez trimestres, presentándose datos positivos durante tres meses consecutivos de resultados positivos.
¿Asistimos realmente al fin de la crisis? 
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2 de abril de 2014

Llámeme apátrida...

Llámeme apátrida. Hace unos días el director general de la Policía declaraba que en nuestra amada España "no se va a tolerar ninguna expresión de violencia en las calles y que actuará con toda la firmeza que permite el Estado de derecho para hacer frente a cualquier grupo extremista o radical que pretenda perturbar la paz social". Evidentemente, el señor Cosidó no se referíría a la violencia letal ejercida por el Estado que está perturbando el concepto del momento, el de la democracia, sino a aquella violencia ejercida por cuatro peleles que perturban la notable paz social en la que vive nuestro país. Es curioso, al menos, ver en qué manera los conceptos se transforman dependiendo siempre del dónde se desarrollen los acontecimientos. Así pues, la violencia en Ucrania o en Venezuela han sido ensalzadas como movimientos de rebelión "legítima" y ciudadana. En cambio, no es de recibo que todo esto ocurra en nuestras calles ya que la nuestra es una democracia totalmente asentada, digna de admiración, tan sagrada y perfecta, reflejo de la expresión de la soberanía nacional. No importa que nuestras libertades políticas se vean amenazadas en la voluntad de algunos, que como pájaros de mal agüero, pretenden mermar. No importa que quieran amordazar de facto la posibilidad de despertar de esta debacle, no solamente económica, sino moral y política, en donde el ciudadano ha dejado de serlo y se ha convertido en víctima, en producto del mercado, en consumidor, en cerdo que come la mierda que le echan... y si es barata mejor.
Llámeme apátrida, pero parece que gran parte de nuestra sociedad civil vive atrapada en el miedo, cegada, con la mirada clavada en suelo, dejándose llevar por cuatro lobos como si fuéramos borregos y nos llevaran al matadero. Una sociedad que por defecto rechaza la violencia como expresión de la indignación, que vive en el sueño de que con palabritas y ñoñerías puede cambiar algo. No me malinterprete, esto no es un canto a la violencia, sino a la reflexión. ¿Por qué creemos que con manifestaciones jocosas, festivas, al ritmo de tambor de batucada pueden cambiar las cosas en nuestro país? ¿Acaso la experiencia no evidencia que este juego no funciona? En cambio nuestros poderes públicos pretenden delimitar nuestro deber ciudadano, el de la defensa de nuestros intereses, libertades y derechos. Pretende amedrentar nuestra voluntad colectiva, a que no nos salgamos de la hoja de ruta, a que quién lleva el cayado no decida tan sólo sobre la gobernanza del Estado, el destino del mismo, sino que además decida sobre nuestras vidas, sobre nuestra individualidad, violando un contrato social establecido por todos.
Llámeme apátrida, pero no llego a comprender hacia dónde nos dirigimos. Los cuervos que manejan el corral en el que vivimos ya nos han comido hasta los ojos. Suben nuestros impuestos, recortan nuestros servicios sociales y siguen viviendo a cuerpo de rey. Se hacen llamar liberales y proclaman a levante y poniente los valores del capitalismo. Hablan de competencia, de competitividad, de libre mercado, pero siguen repartiendo el pastel entre los suyos, pasándose por el forro de los cojones todo en lo que supuestamente dicen creer. ¿Capitalismo? Un "capitalismo de amiguetes" es lo que existe en nuestro país -como diría el periodista Inda- un país de políticos corruptos que gobiernan a borregos o, más bien, nos devoran. Eso sí, hay que reconocerles algo, son grandes ilusionistas... nos hipnotizan -siempre lo consiguen- cautivar al ciudadano que se deja engañar por tan carismática clase política.
Llámeme apátrida, pero es que nos vuelven a contar el cuento de que las cosas van mejor, que salimos del ocaso, del crepúsculo, del hoyo en donde ellos mismos nos metieron, y sólo puedo pensar en el precio que nosotros y nuestros hijos tendremos que pagar; que nuevamente tendremos que poner el culo y pagar la vaselina; o que sencillamente vuelva a ser un espejismo tipo "brotes verdes"... 
Llámeme apátrida, pero no puedo creer en una España que no pertenece a los españoles. Una España que amo pero que no reconozco, que vive gobernada por tiranos, por mentirosos, por magos de las palabras, que no tienen vergüenza, tenientes de la mentira, que bailan la peonza de la indiscreción, que nunca darán cuentas. Y es que nuestro Estado, como edificio viejo, se cae a pedazos.

Y es que, en fin, no me llame apátrida sino "apatriota" porque como dijera el gran Ortega y Gasset "la patria es lo que por las noches pensamos que tenemos que hacer el día siguiente" y al fin y al cabo el futuro siempre dependerá de nosotros.







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23 de marzo de 2014

Suárez, descanse en paz

Se fue quien pensaba que la democracia era la única alternativa, el Político que supo entender la política, el trabajador compulsivo que diseñó el cambio, el gran líder de los inicios de nuestra actual democracia, el ilusionista que hizo creer a este país que la libertad y la paz eran posible, el hombre que se batió con la soledad... España, se nos fue Adolfo Suárez. Descanse en paz.


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18 de marzo de 2014

Reflexión: de indultos y corruptos

¿Es posible que la actualidad política, económica y social de esta España de chiste ya no pueda ni sorprender ni impresionar a nadie? En la almajara, en la que se ha convertido nuestra hermosa "piel de toro", la corrupción, la crispación, la "democracia" cogida con pinzas, los vaivenes de una clase política justita de entendederas y carente de carisma, quizá también de ímpetu, son la mierda que abonan lo que hoy somos, una nación sin horizonte seguro y presa de la pérdida de no saber dónde se va, ni de dónde se viene. La voluntad, de hecho, parece haberse convertido en un valor en desuso, en algo infravalorado, protagonista por su ausencia. 
Entre las muchas mierdas que impregnan la actualidad de nuestro país, esta semana me ha llamado portentosamente la atención el debate que se ha gestado, quizá no en la medida en la que debiera, sobre los indultos a políticos corruptos. Hace tan sólo cinco días, el periódico El País publicaba unas declaraciones del ministro Gallardón en las que se manifestaba, quizá en tono jocoso, lo siguiente: "Mientras sea ministro no concederé indultos por corrupción". No entraré a valorar, ni a comprobar si esto es real, para ello ya están los medios de comunicación. Lo que sí me parece digno de reflexión es el concepto indulto. En diferentes medios, repleto de personajillos que inundan nuestras pantallas de basura propagandística, se ha definido el indulto como una figura o herramienta válida e inserta en nuestro ordenamiento jurídico. Por sí mismo, el indulto se define como "gracia que excepcionalmente concede el jefe del Estado, por la cual perdona total o parcialmente una pena o la conmuta por otra más benigna". Queda recogida su figura en el artículo 62 de nuestra constitución de 1978, y es desarrollada por una ley del año 1870 aún vigente denominada: "Reglas para el ejercicio de la Gracia de Indulto".
Quizá lo conflictivo en el tema del indulto sea la percepción social de una herramienta de nuestro ordenamiento jurídico que es claramente discrecional, o al menos lo parece, y que es un recurso de los grandes peces gordos que se reparten el bacalao y que a su antojo se pasan la justicia por el forro de los cojones; en palabras de Joaquim Bosch, "el poder se perdona a sí mismo". Existe, por tanto, una percepción generalizada de una corrupción institucional, ya casi constitucional, en todos su ámbitos y en nuestro Estado social y de derecho ya no cree ni la madre que lo parió. Es por tanto evidente y lógico que la corrupción, junto al paro, estén a la cabeza de los problemas de los españoles. Y es que señores y señoras, España está corrompida.




Y es que la corrupción danza a su antojo por las esquinas de nuestras calles, sin nadie que la pueda vapulear. La corrupción se respira y se acepta con resignación, y es que en el fondo todos seríamos corruptos si pudiéramos, porque la decencia es un término efímero, pasajero, de apariencia. Quizá la crisis haya servido para que caigan las máscaras... mi pregunta es: ¿podremos remar hacia un horizonte seguro, llegar a buen puerto con este peso?







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8 de marzo de 2014

Tic tac...



Es sabido por todos que el reloj hace tic tac, tic tac... Es un ticteo constante, monótono, abandonado, a la espera; es un ticteo espectador de los hechos que acompañan a la realidad, es observador de levantamientos, declives, momentos cotidianos, individuales y comunes, y él no cambiará su ritmo, porque como es sabido, su latir es constante, único, espeso y carece de sentir.
Como es sabido, su tic tac es un poema a la impotencia de quien lo escucha, acompaña los insomnios de muchos, pasa desapercibido en las alegrías de otros.
Vivimos tiempos extraños, el tiempo parece pasar y nada parece cambiar. El desempleo, la crisis, la corrupción politica, los movimientos secesionistas, la inmigración irregular, el "declive" de la corona, la desafección generalizada, etc. podrían adjectivar cualquier explicación posible de nuestra sociedad moderna. Éstos son conceptos que han arraigado profundamente en la sociedad de nuestros días. Una sociedad la nuestra que ha perdido un punto de referencia hacia el futuro y que parece abandonar cualquier posibilidad de avanzar.
"Divide et impera" parece ser que exclamó Julio Cesar y en principio esas parecen ser las pautas a seguir de los poderes políticos y económicos de nuestro tiempo. Se hace experto en un ultra individualismo que ha sido capaz de erradicar las conciencias de clase, de enmudecer a un ritmo cuasi alarmante una consciencia social que parece ya no existir, o al menos duerme. Resulta cuanto menos curioso que la desafección por una realidad dirigida hacia el desconcierto haya sabido acabar con una consciencia social que, aún observando que se dirige hacia la deriva, no se inmuta, permanece pasiva, como mera expectadora del caos. 
La enfermedad social de nuestros tiempos se ha extendido en la ausencia de los modelos clásicos de activismo político y social, la crisis de la identidad social y de una lucha que en ocasiones pierde su esencia convirtiéndose en jolgorios y desfiles sin saber muy bien por qué. Ya está bien de gritos mudos, de danzarines que tocan tambores al ritmo de "batucada"... ¿quién dijo que la revolución puede y debe ser pacífica? ¿quién dijo que se puede gritar en el silencio?
Mañana nuestro gobierno legislará para regular nuestro derecho a la voz, al grito de carne y hueso. Se excusará en una protección de "un derecho" que no existe, el de permanecer en silencio. Percibirá nuestro sentir, pero no cambiará su decisión y seguirá una hoja de ruta ya marcada; pero el tiempo sigue, y el reloj sigue ticteando... y nosotros seguiremos sin saber que somos dueños de nuestro destino.


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